Biografía WP

Jon López Sáez (01-05-1982)

Títulos: Comunicación, Publicidad y Relaciones Públicas (UPV-EHU)

Títulos waterpolo: Entrenador Nivel I Natación (EVE), Entrenador Superior de Waterpolo (ENE), Juez auxiliar (CBA), Árbitro (FVN).

Experiencia profesional: Siempre flirteando con la comunicación, el periodismo deportivo, el deporte y el waterpolo. Y algunas veces uniendo todas ellas. En radio, televisión, internet…
Cadena SER, Radio Popular, EITB, M4F…

Equipos como jugador: Askartza y CN Fadura
Equipos como entrenador: Leioa Waterpolo, Federación Vasca de Natación

Mi vida ha estado ligada al waterpolo y a la piscina desde muy pequeño. Con cuatro años comencé, como muchos amigos de la época, en los cursillos de natación. Reconozco que lo pasaba fatal en el agua, aunque para sorpresa de Txutxi (mi monitor) y mis aitas, empecé ya desde muy pequeño a preguntar por el balón amarillo que de vez en cuando veía en la piscina. En stand by Con ocho o nueve años le dije claramente a mi entrenador que yo quería hacer waterpolo. Me dijeron: «Cuando seas mayor. De momento, natación». Probé con algún otro deporte, pero me quedé con la natación, entrenando duro y a la espera de poder dar el salto al waterpolo. Por fin Con 12 años llegó el momento. Pasé al waterpolo. Primero compaginándolo con la natación, al año siguiente ya siendo waterpolista de verdad. Fueron años bonitos. Jugaba en Askartza. Algunos entrenabamos duro, pero había pocos equipos contra los que jugar y cuando salíamos fuera nos daban para el pelo. Eguskiza, Pajuelo y yo aún recordamos el 38-1 que nos endosó Catalunya en el Campeonato sub-15 del 97. Hasta el primer equipo Fuimos creciendo y poco a poco los de mi generación fuimos llegando al primer equipo. Nos costó entrar pero poco a poco Osabe, Julen, Natxo… fueron entrando. Después llegamos el resto. Yo no tuve suerte, quiero pensar que fue así.  En la temporada 2001-2002 llegó un entrenador que no contaba conmigo. Pasé una temporada calentando banquillos por la península. Cuando llegó junio quería escapar. La temporada se hace eterna cuando no juegas, así que decidí cambiar de aires. Destino: el CN Fadura. Aquellos años locos En Fadura nos juntamos un buen equipo. Dominábamos en las ligas de Euskal Herria e íbamos a las fases, donde eramos un equipo a tener en cuenta. Fue divertido. Aquel equipo y aquella gente tenía un punto de locura que hacía que el waterpolo se viese de manera diferente. Con alegría y rabia se hacía frente a todas las dificultades, que eran muchas y aumentaban con el tiempo. En septiembre de 2005 acabó mi ciclo en Getxo. Perdido (y encontrado) en el cruce Septiembre de 2005. Por un lado, quiero seguir jugando; por otro, me apetece descansar un año. Son muchos años de waterpolo y necesito un descanso. Pero encuentro un proyecto que me gusta. Estoy a punto de decidirme e ir a jugar un año más al otro lado de la ría. Tengo dudas pero ya me decido cuando… «Ring, ring»! Me suena el teléfono. Son los del Leioa. Buscan entrenador. Les ha fallado la opción A, la B, la C… Así que deciden llamarme. «¿Que me haga cargo de los equipos absolutos del club? ¿Masculino y femenino? ¿Que tengo que decidirme en tres días?» Es una locura. Tengo 23 años y no puedo asumir esa tarea. Además, ¡yo lo que quiero es jugar! Aún así decido ir a Sakoneta y escuchar los planteamientos del Leioa. Me gusta lo que oigo pero sigo pensando que es una locura. Locura sí, pero al final decido aceptar la «oferta» del Leioa Waterpolo. Es una sensación rara. Ninguna de las dos partes está convencida del todo. Los jugadores, cuando se lo comunican, tampoco. Esta indecisión dura una semana. Un lunes me pongo a currar y en apenas cuatro días las cosas cambian. Vamos a bloque. Encajo bien en el club. Todas las dudas se convierten en certezas. En pocos días me siento del Leioa como si llevara allí toda la vida. Saben como acoger a la gente. Me ayudan muchísimo. Estamos en marcha y empezamos a ilusionarnos con el nuevo proyecto mutuamente. Pienso que he tenido mucha suerte. Perdidos en el camino nos habíamos encontrado. Bendito cruce de caminos. Felicidad En el Leioa soy feliz. Mi primera temporada es increíble. Consigo tirar hacía adelante con más ilusión que preparación. En el club hay ilusión, la gente sonríe. Hay ganas de waterpolo, día a día cada vez hay más gente en los entrenamientos y comienzan a llegar resultados. Es el comienzo de una época en mi vida deportiva que continúa. Han pasado ocho años desde entonces y sigo en el Leioa con la misma ilusión y ganas. Ha sido mucho tiempo en el que han pasado muchas cosas y mi historia ha ido ligada, en cierta manera, a la historia del Leioa Waterpolo. Es un capítulo que sigue escribiéndose… Que seguimos escribiendo día a día.