Se acaba el año. Se acaba este 2014. Buen momento para hacer valoraciones y balances. Y es que se nos va uno de los años más intensos de la historia del club y de la mía propia. Un año que ha tenido lo mejor y lo peor, todo, condensado en 12 meses frenéticos. Un 2014 que nos deja una histórica medalla de bronce en un Campeonato de España y un cierre de más de 5 meses de la piscina de Sakoneta. Y en medio cientos de cosas en un año de emociones demasiado fuertes.
Para encontrar mi mejor momento, sin duda, hay que trasladarse al mes de julio y al Campeonato de España infantil femenino por clubes. Un campeonato de apenas 72 horas que fue sin duda una de las experiencias más intensas y completas que me ha tocado vivir como entrenador. Organizativamente el club se dio un auténtico gustazo con una organización de campeonato impecable. Y deportivamente pudimos disfrutar de una medalla que supone un hito para el waterpolo vasco. Personalmente, jamás podré olvidar ese campeonato. Todo lo que viví, sentí, sufrí y disfruté aquellos días fue brutal. Pero aquello ya pasó, es parte de la historia, y ahora lo que nos queda es el recuerdo y todo lo que aprendimos, que fue muchísimo.
Y lo peor sin duda, los largos 5 meses que llevamos sin Sakoneta, sin piscina. Están siendo (o han sido, mejor dicho) unos meses durísimos. Desde las últimas semanas de agosto en el que nos enteramos de la noticia hasta hoy, la experiencia ha sido terrible. Desde unos primeros días de auténtica agonía en los que intentábamos buscar soluciones (muchas veces sin encontrarlas) y en el que por momentos vimos y sentimos que se iba todo al traste, hasta unas últimas semanas de agotamiento físico y mental tras unos meses en los que hemos tenido que dar mil y una vueltas para que todo funcione correctamente. Ahora solo quiero que podamos tener un poco de estabilidad, que podamos trabajar con cierta tranquilidad y que toda nuestra gente pueda seguir disfrutando del waterpolo con alguna facilidad más.
Pero el año no ha sido solo esto. Cierto que estas dos noticias han ocupado mucho de este 2014. Pero el año ha tenido muchas más cosas.
Febrero.
– Con las finales de la Kopa EH pudimos vivir otro de esos grandes eventos. Organizamos en Leioa las finales y convertimos auqello en una bonita fiesta. Disfruté como un enano. El Leioa B femenino se proclamó campeón y el Leioa masculino subcampeón. Los primeros premios de la temporada.
Marzo.
– En Madrid la selección de Euskadi infantil femenina se alza con la medalla de bronce en el Campeonato de España por selecciones, devolviendo un podium a Euskadi después de muchísimos años. Con la medalla, finaliza un proceso de tecnificación iniciado tres años antes y del cual me siento muy orgulloso. Euskadi vuelve al mapa. Van llegando más frutos.
– El día 29 con una victoria por 11-6 acaba la temporada del Leioa en la Primera Nacional femenina. Acaba una temporada con tan solo 10 partidos. Todo sabe a poco. A muy poco. La dignidad de la competición no está a la altura del esfuerzo de las jugadoras. Como siempre, admiración para estas deportistas.
Abril.
– El senior B se alza con la Liga EH femenina. Este equipo, con una actitud encomiable y mucho esfuerzo, consigue el doblete firmando una temporada excecpcional. Nada regalado, todo merecido. Una temporada de sobresaliente.
Mayo.
– Se disputa en Irun la Fase de Ascenso a Liga Nacional masculina. Me voy con la expedición del Leioa. Hacemos un gran campeonato y con mis 32 recién cumplidos, paso un fin de semana en el que disfruto como un enano, como si tuviera 15. Fueron días de mucha adrenalina.
– A finales de mes me voy junto con Edu Hurtado al Congreso Nacional de Psicología Deportiva a Cáceres. Presentamos allí un bonito trabajo, que gustó y que nos permitió compartir experiencias con gente de diversos ámbitos. Una experiencia diferente y muy enriquecedora.
– Tenemos la oportunidad de asistir a dos torneos. El senior femenino se desplaza a Valencia a jugar la Copa Bavaria. Las chicas logran la copa de campeonas y reciben un merecido premio a la campaña realizada. Los alevines se van a Zaragoza a la Copa FANáticos, uno de esos torneos que dificilmente olvidarán.
Junio.
– Se juega en Getxo un Campeonato internacional infantil femenino con las selecciones de Gran Bretaña, Catalunya y Euskadi. Deportivamente no fue tan atractivo como nos hubiese gustado, pero lo disfrutamos muchísimo compartiendo piscina y más cosas con las compañeras y entrenadorxs de otras selecciones. Acumulamos más trabajo y más aprendizajes.
Julio.
– Aprender a desaprender. Durante las primeras semanas desde el cuerpo técnico iniciamos un proceso de desaprendizaje. Mientras preparábamos los campeonatos de España, también nos metimos de lleno en la planificación de la siguiente temporada. Decidimos introducir ciertos cambios en la manera de hacer las cosas. Lo hecho hasta el momento estaba bien, pero la situación requería algunos cambios. Seguimos en ese proceso todavía. Los cambios siempre son duros, y lo están siendo, pero estamos convencidos de que veremos cosas muy positivas en breve.
– Campeonato de España cadete femenino. En Terrassa disfrutamos de un grandísimo campeonato. Quedamos últimas pero de verdad os digo que fue un campeonato brutal. Sin presión, solo disfrutando, dejamos unas muy buenas sensaciones.
– Una semana después, el Campeonato de España infantil femenino en Leioa. De este campeonato está casi todo dicho. Simplemente increíble. Algo que jamás olvidaré y una medalla que significó mucho para el club más humilde y currante que conozco, el Leioa Waterpolo.
Septiembre.
– Be Water My Friend. En septiembre marcho a Andorra con la selección de Euskadi cadete femenina. Un torneo excelente, un rendimiento muy bueno del equipo y otra gran experiencia que me meto en la mochila. Pero no pude disfrutarla como hubiese querido. Mi cabeza pensaba en Leioa, en Sakoneta, en el incierto futuro del club…
– Una pesadilla, una losa, una noticia nefasta… Septiembre es sin duda el peor mes de este 2014. Es un mes de duda, de quebraderos de cabeza, de incertidumbre, de miedo… Sentimos de verdad que todo se podía ir a la mierda. Por suerte, poco a poco vamos reorganizando todo e incluso podemos decir que acabamos el mes con cierta normalidad…
Octubre, noviembre y diciembre.
– Meses extraños. Meses de exilio. Seguimos con la actividad pero en piscinas diferentes. Estamos fuera de casa. Son meses de mucho trabajo, a veces con poco premio. Son meses de agotamiento, de lucha, a veces demasiada. De una piscina a otra. Un día aquí, otro día allí… Es admirable el trabajo de la gente, la constancia y el compromiso de los jugadores y jugadoras. Es lo más positivo de unos meses que como profesional, no se los deseo a nadie. Por suerte, la actitud con la que afrontamos las cosas nos ha hecho no desistir y seguir hacia adelante. Y el apoyo de esa gente que nos rodea. Por suerte, yo he tenido mucho de eso y desde luego que me siento muy afortunado.
¿Y en 2015 qué?
– Lo primero debe ser retomar la normalidad en el cortísimo plazo. La necesitamos. Pero no es el objetivo ni mucho menos. Solucionado el tema del cierre de Sakoneta, no se solucionan los problemas ni mucho menos. Estamos ante una época de muchas amenazas para el club y su proyecto. Los recursos, las facilidades, el dinero… todo agoniza. Nos esforzaremos el doble para que nada se note, pero con eso solo no será suficiente. Necesitaremos apoyo, que alguien apueste de verdad por este proyecto deportivo que es de Leioa y es para Leioa, hecho por gente del pueblo para la gente del pueblo. Solo así podrá seguir este proyecto tal como lo conocemos.
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