Hiruka astekarirako idatzitako iritzi-artikulua (20. orrialdean). Astekarian bertan irakurtzeko, hemen
Hiruka astekarian idatzitako iritzi artikulua, hemen (22. orrialdean):
Txikitatik kirola barru-barrutik bizi izan dut. Esparru askotatik heldu diot kirolari gainera. Jolasetik zein lehiaketatik. Buruz buruko jardunetik zein talde-kiroletik. Errendimendutik zein osasunetik. Harmailetatik zein kazetariaren ikuspuntutik. Zaletasunetik zein ogibidetik. Helduleku ugaritik, alegia.
Kirolak eta honek eman dizkidan esperientzia guztiek nortasuna eraikitzen lagundu didate. Zorionekoa ni, benetan uste baitut kirolak bizitzari aurre egiteko behar ditugun tresna asko gure esku uzten dituela. Talde kirolak batez ere.
Talde kirolak erakusten digu ingurukoak behar-beharrezkoak ditugula gure egitasmoak gauzatzeko. Auzolanak aurrera bidaltzen gaituela. Irabaztea mundiala dela, baina galtzeak hazten laguntzen gaituela. Saiatzen denak bakarrik izan dezakeela lorpenaren saria. Dema badagoela, aurkariak ere bai. Helburu ezberdinak une jakin batean. Horiexek dira gure eguneroko «aurkariak». Besterik ez.
Gure eguneroko jardunerako kirolak emandako irakaspen hauek eta beste hainbat erabiliko bagenituzke…
Ohartuko ginateke arrakastatsua izatea salbuespena dela. Jakingo genuke bat irabazteko aurretik hamaika galdu behar ditugula. Erortzen dena txalotuko genuke, erorikoa baita etengabe saiatzen denaren saria. Garatuko genuke eskuak elkartu eta talde lanean aritzeko gaitasuna, ulertuz bidaiak ez duela merezi bidaiderik gabe.
Hartu ditzagun ba kirolaren benetako oinarriak. Eman diezaiogun arrakastari merezi duen lekua. Uler dezagun arrakasta salbuespena dela, noizbehinka gertatzen den zerbait, eta gure esku dagoenari heldu. Soilik gure esku dagoenari, baina tinko helduta.
Azken finean, bizitza talde kirol bat da.
«Hogar, dulce hogar» (29/12/2014)
* Artículo publicado en waterpolista.com (leer en la web pinchando aquí)
Llevo tiempo sin escribir. Lo sé. Lo he intentado en las últimas semanas pero no ha resultado fácil. Como entrenador he vivido el inicio de temporada más duro de mi carrera, quizás más duro de lo que pensábamos en un principio. La temporada 2013/2014 terminó un 20 de julio con una medalla de bronce histórica para el Leioa Waterpolo en el Campeonato de España infantil femenino por clubes. Un hito. Organizativo y deportivo. Los sueños, el trabajo y la constancia de un club humilde recibía su premio. Como si se tratara de una maldición, desde entonces todo se ha vuelto mucho más complicado. Como si alguien hubiese tratado de castigar la osadía de un pequeño, todo se ha vuelto cuesta arriba desde ese momento. Desde aquel feliz día de premios y reconocimientos, vivimos sin piscina. Unas obras, unos problemas en la instalación nos han despojado de hogar. Gracias a la labor ingente de muchos de los estamentos que formamos el club, hemos podido seguir entrenando en piscinas de aquí y de allí, pero ya nada ha sido igual.
Nunca ha sido fácil, nunca lo hemos tenido fácil, jamás. Pero este trimestre ha sido una vuelta de tuerca importante. Han llegado las Navidades y en jugadorxs, entrenadorxs, directivxs, padres y madres, se nota un cansancio inusitado. Para avanzar un paso hemos tenido que dar 10 al frente. Y eso cansa y agota. Pero vayamos a lo positivo. Cuando nos dieron la noticia del cierre de Sakoneta y tras asimilar la nueva situación y haciendo caso a mi parte más positiva, dije que todo esto nos iba a traer también muchas cosas buenas y positivas, y que estaba convencido de que el tiempo me iba a dar la razón. Hoy tenemos muchas cosas buenas que de otra manera quizás nunca hubiésemos tenido. Tenemos hoy gente mucho más fuerte, más preparada y que ha demostrado saber luchar ante las adversidades, lo cual hoy en día creo que es un valor excepcional. Tenemos un equipo técnico más unido que nunca. Una gente de compromiso infinito. Personalmente también salgo reforzado, y es que de verdad que esta situación me ha traído cosas muy positivas.
Ahora parece que se acerca la fecha de regresar a Sakoneta, de volver a casa, de tener otra vez un hogar. Es un hogar viejo, pequeño, con demasiadas carencias y con un ambiente un tanto revuelto. Pero es nuestro hogar. Es nuestro punto de encuentro, donde hemos trabajado los últimos 15 años a destajo, donde nos ha tocado reír, llorar y sobretodo luchar. No es la casa que nos gustaría tener, pero es nuestro hogar.
En pocos días llegará el momento de decir “hogar, dulce hogar”. Nos fuimos pero volvemos. Y regresamos siendo mejores. Mejores deportistas, mejores entrenadores y mejores personas. Mejores luchadorxs. Y personas muy agradecidas. Tenemos mucho que agradecer a mucha gente y mucho que agradecernos entre nosotrxs. Devolveremos todos los apoyos con trabajo y más trabajo. Volvemos con ganas, con muchas ganas. Eso os lo aseguramos. Bienvenidos. Bienhallados. Empieza la cuenta atrás. Volvemos al hogar, al dulce hogar.
Se acaba el año. Se acaba este 2014. Buen momento para hacer valoraciones y balances. Y es que se nos va uno de los años más intensos de la historia del club y de la mía propia. Un año que ha tenido lo mejor y lo peor, todo, condensado en 12 meses frenéticos. Un 2014 que nos deja una histórica medalla de bronce en un Campeonato de España y un cierre de más de 5 meses de la piscina de Sakoneta. Y en medio cientos de cosas en un año de emociones demasiado fuertes.
Para encontrar mi mejor momento, sin duda, hay que trasladarse al mes de julio y al Campeonato de España infantil femenino por clubes. Un campeonato de apenas 72 horas que fue sin duda una de las experiencias más intensas y completas que me ha tocado vivir como entrenador. Organizativamente el club se dio un auténtico gustazo con una organización de campeonato impecable. Y deportivamente pudimos disfrutar de una medalla que supone un hito para el waterpolo vasco. Personalmente, jamás podré olvidar ese campeonato. Todo lo que viví, sentí, sufrí y disfruté aquellos días fue brutal. Pero aquello ya pasó, es parte de la historia, y ahora lo que nos queda es el recuerdo y todo lo que aprendimos, que fue muchísimo.
Y lo peor sin duda, los largos 5 meses que llevamos sin Sakoneta, sin piscina. Están siendo (o han sido, mejor dicho) unos meses durísimos. Desde las últimas semanas de agosto en el que nos enteramos de la noticia hasta hoy, la experiencia ha sido terrible. Desde unos primeros días de auténtica agonía en los que intentábamos buscar soluciones (muchas veces sin encontrarlas) y en el que por momentos vimos y sentimos que se iba todo al traste, hasta unas últimas semanas de agotamiento físico y mental tras unos meses en los que hemos tenido que dar mil y una vueltas para que todo funcione correctamente. Ahora solo quiero que podamos tener un poco de estabilidad, que podamos trabajar con cierta tranquilidad y que toda nuestra gente pueda seguir disfrutando del waterpolo con alguna facilidad más.
Pero el año no ha sido solo esto. Cierto que estas dos noticias han ocupado mucho de este 2014. Pero el año ha tenido muchas más cosas.
Febrero.
– Con las finales de la Kopa EH pudimos vivir otro de esos grandes eventos. Organizamos en Leioa las finales y convertimos auqello en una bonita fiesta. Disfruté como un enano. El Leioa B femenino se proclamó campeón y el Leioa masculino subcampeón. Los primeros premios de la temporada.
Marzo.
– En Madrid la selección de Euskadi infantil femenina se alza con la medalla de bronce en el Campeonato de España por selecciones, devolviendo un podium a Euskadi después de muchísimos años. Con la medalla, finaliza un proceso de tecnificación iniciado tres años antes y del cual me siento muy orgulloso. Euskadi vuelve al mapa. Van llegando más frutos.
– El día 29 con una victoria por 11-6 acaba la temporada del Leioa en la Primera Nacional femenina. Acaba una temporada con tan solo 10 partidos. Todo sabe a poco. A muy poco. La dignidad de la competición no está a la altura del esfuerzo de las jugadoras. Como siempre, admiración para estas deportistas.
Abril.
– El senior B se alza con la Liga EH femenina. Este equipo, con una actitud encomiable y mucho esfuerzo, consigue el doblete firmando una temporada excecpcional. Nada regalado, todo merecido. Una temporada de sobresaliente.
Mayo.
– Se disputa en Irun la Fase de Ascenso a Liga Nacional masculina. Me voy con la expedición del Leioa. Hacemos un gran campeonato y con mis 32 recién cumplidos, paso un fin de semana en el que disfruto como un enano, como si tuviera 15. Fueron días de mucha adrenalina.
– A finales de mes me voy junto con Edu Hurtado al Congreso Nacional de Psicología Deportiva a Cáceres. Presentamos allí un bonito trabajo, que gustó y que nos permitió compartir experiencias con gente de diversos ámbitos. Una experiencia diferente y muy enriquecedora.
– Tenemos la oportunidad de asistir a dos torneos. El senior femenino se desplaza a Valencia a jugar la Copa Bavaria. Las chicas logran la copa de campeonas y reciben un merecido premio a la campaña realizada. Los alevines se van a Zaragoza a la Copa FANáticos, uno de esos torneos que dificilmente olvidarán.
Junio.
– Se juega en Getxo un Campeonato internacional infantil femenino con las selecciones de Gran Bretaña, Catalunya y Euskadi. Deportivamente no fue tan atractivo como nos hubiese gustado, pero lo disfrutamos muchísimo compartiendo piscina y más cosas con las compañeras y entrenadorxs de otras selecciones. Acumulamos más trabajo y más aprendizajes.
Julio.
– Aprender a desaprender. Durante las primeras semanas desde el cuerpo técnico iniciamos un proceso de desaprendizaje. Mientras preparábamos los campeonatos de España, también nos metimos de lleno en la planificación de la siguiente temporada. Decidimos introducir ciertos cambios en la manera de hacer las cosas. Lo hecho hasta el momento estaba bien, pero la situación requería algunos cambios. Seguimos en ese proceso todavía. Los cambios siempre son duros, y lo están siendo, pero estamos convencidos de que veremos cosas muy positivas en breve.
– Campeonato de España cadete femenino. En Terrassa disfrutamos de un grandísimo campeonato. Quedamos últimas pero de verdad os digo que fue un campeonato brutal. Sin presión, solo disfrutando, dejamos unas muy buenas sensaciones.
– Una semana después, el Campeonato de España infantil femenino en Leioa. De este campeonato está casi todo dicho. Simplemente increíble. Algo que jamás olvidaré y una medalla que significó mucho para el club más humilde y currante que conozco, el Leioa Waterpolo.
Septiembre.
– Be Water My Friend. En septiembre marcho a Andorra con la selección de Euskadi cadete femenina. Un torneo excelente, un rendimiento muy bueno del equipo y otra gran experiencia que me meto en la mochila. Pero no pude disfrutarla como hubiese querido. Mi cabeza pensaba en Leioa, en Sakoneta, en el incierto futuro del club…
– Una pesadilla, una losa, una noticia nefasta… Septiembre es sin duda el peor mes de este 2014. Es un mes de duda, de quebraderos de cabeza, de incertidumbre, de miedo… Sentimos de verdad que todo se podía ir a la mierda. Por suerte, poco a poco vamos reorganizando todo e incluso podemos decir que acabamos el mes con cierta normalidad…
Octubre, noviembre y diciembre.
– Meses extraños. Meses de exilio. Seguimos con la actividad pero en piscinas diferentes. Estamos fuera de casa. Son meses de mucho trabajo, a veces con poco premio. Son meses de agotamiento, de lucha, a veces demasiada. De una piscina a otra. Un día aquí, otro día allí… Es admirable el trabajo de la gente, la constancia y el compromiso de los jugadores y jugadoras. Es lo más positivo de unos meses que como profesional, no se los deseo a nadie. Por suerte, la actitud con la que afrontamos las cosas nos ha hecho no desistir y seguir hacia adelante. Y el apoyo de esa gente que nos rodea. Por suerte, yo he tenido mucho de eso y desde luego que me siento muy afortunado.
¿Y en 2015 qué?
– Lo primero debe ser retomar la normalidad en el cortísimo plazo. La necesitamos. Pero no es el objetivo ni mucho menos. Solucionado el tema del cierre de Sakoneta, no se solucionan los problemas ni mucho menos. Estamos ante una época de muchas amenazas para el club y su proyecto. Los recursos, las facilidades, el dinero… todo agoniza. Nos esforzaremos el doble para que nada se note, pero con eso solo no será suficiente. Necesitaremos apoyo, que alguien apueste de verdad por este proyecto deportivo que es de Leioa y es para Leioa, hecho por gente del pueblo para la gente del pueblo. Solo así podrá seguir este proyecto tal como lo conocemos.
Quizás ayer, miércoles 17 de septiembre, fue el día más histórico e importante de la historia del Leioa Waterpolo. Los ascensos de años pretéritos, las medallas de la temporada pasada o el importante crecimiento del club en la última década se quedan muy pequeñitos comparado con lo de ayer. Ayer fuimos capaces de volver a poner en marcha la Escuela de Waterpolo desde categoría cadete hasta benjamín y entre hoy y mañana lo haremos en categoría prebenjamín.
Solo algunxs sabemos todo lo que ha costado poner todo esto en marcha. Las horas de trabajo que hay detrás, todo lo que ha habido que hacer para que la Escuela funcione con dignidad. Pocos saben que todxs hemos llorado en algún momento estas tres últimas semanas, cuando temíamos que el trabajo de los últimos años se nos fuese al garete.
Por suerte, en este club hay una determinación absoluta y un convencimiento unánime de continuar con este camino cueste lo que cueste. Y lejos de rendirnos y tirar la toalla hemos hecho lo posible y lo imposible, lo confesable y lo no confesable, lo que se ha visto y lo que no… para que esa fuente de vida que es la Escuela del Leioa Waterpolo continúe tal y como la vamos construyendo.
Me costaría explicar todo desde el principio. Han sido tantas y tantas cosas… Pero por resumirlo todo diría que lo que ha habido es MUCHO TRABAJO, de mucha gente en muchos ámbitos y en muchos momentos. Y sobretodo, TRABAJO EN EQUIPO. En el Leioa estamos aplicando el concepto de trabajo en equipo no solo en la parcela deportiva. Tenemos una Junta que curra como un equipo, un cuerpo técnico que curra como un equipo, unos deportistas que curran como equipo; y entre todxs curramos como un GRAN EQUIPO. De otra manera sería imposible entender la capacidad organizativa que tenemos. Nunca oiréis de mi boca que somos los mejores, ni siquiera que somos buenos… pero capacidad de trabajo y de organización tenemos. Si no sería imposible entender este club.
Y por supuesto, un agradecimiento enorme a todos los que nos habéis ayudado a solventar esta situación provisional. Colegio Askartza, Club Askartza, familias de deportistas, Ayuntamiento… Pero avisamos, ahora es momento de trabajar con miras más amplias, de hacer proyectos de futuro, de ofrecer instalaciones dignas para el desarrollo deportivo y personal de nuestrxs enanxs, de ponernos a currar entre todxs no para solucionar «marrones» si no para colorear el futuro… Si no, todo esto no habrá valido para nada. Este proyecto no puede avanzar a base de días históricos, «hazañas» y «batallas épicas»… Necesita un marco estable y un lugar físico donde desarrollar este proyecto que sobretodo es para Leioa y para lxs leioaztarras. Para todxs. ¿Nos ponemos a ello?
Lunes 8 de septiembre. 15:57 horas. No puedo seguir. Ahora mismo acabo de cerrar el cuaderno, la hoja de excel y el word en los que intentaba completar la planificación, preparar alguna sesión de entrenamiento y trabajar en un proyecto que me hace mucha ilusión pero al que no estoy pudiendo dedicar casi nada del tiempo que me hubiese gustado. Es lunes post Be Water My Friend. En las siguientes líneas voy a escribir algo sobre este pedazo de torneo. Pero hay cosas que me están bloqueando y de las que no puedo abstraerme. Para no mezclar, vayamos por partes.
BE WATER MY FRIEND CUP 2014. Ayer volvimos de Andorra, de disputar la BWMF Cup cadete femenina con la selección de Euskadi. No puedo más que quitarme el sombrero ante la excelente organización de este torneo y al brillante equipo de voluntarios que ha organizado por segunda vez este interesantísimo campeonato. Un torneo dinámico, que no da tregua, duro y con unas dinámicas de competición buenísimas. Con unos dignísimos arbitrajes, un trato exquisito y una maquinaria que funciona muy bien, mejorando con creces lo del año pasado. A todxs, enhorabuena y gracias.
También un cariñoso saludo a todxs los entrenadores, familiares, deportistas… por todo el cariño y el apoyo que nos habéis dado durante el campeonato. Muchxs ya sabéis de todas las dificultades que estamos atravesando y agradecemos muchísimo vuestro apoyo.
Y sobre la selección de Euskadi, reiterar mi admiración. En este grupo se han juntado grandes deportistas con muchas horas de trabajo encima. Luchadoras que están haciendo de la necesidad virtud tapando todas sus carencias con lucha, espíritu y garra; construyendo algo distinto, presentando allá por donde van algo diferente, patentando un estilo y una manera de hacer las cosas con sello propio. No sé si es mejor, seguro que no, pero sí diferente.
Como último apunte, un último agradecimiento a Luis Reigadas, compañero de batallas en esta ocasión en Andorra. Siempre dispuesto, aportando y sumando, ha hecho una magnífica labor junto a estas waterpolistas.
LA TORMENTA. No diré que tras Andorra me haya venido al infierno. De momento diremos que estamos en medio de una tormenta. Durísima eso sí. No tenemos piscina. Está de obras hasta enero (o eso se dice). Evidentemente la noticia es malísima, nefasta y horrible para el proyecto del Leioa Waterpolo. Las que ya de por sí eran unas condiciones de trabajo muy justas (dejémoslo así) se han convertido en un calvario. ¿Qué hacer ahora? ¿Cómo salir de ésta?
Algunas respuestas las encuentro en la Junta Directiva del Leioa que está trabajando muchísimo para encontrar una solución a todo esto. Otras las encuentro entre mis propios compañeros que tienen una enorme capacidad de bailar en la tormenta y de tirar hacia adelante pase lo que pase. Encuentro respuestas en textos como el de Edu Hurtado («La Resiliencia«). No es un término nuevo para este club que está acostumbrado a actitudes resilentes tras una historia en la que las difcultades han acompañado en gran medida al avance del club. Encuentro respuestas en los ánimos y en el apoyo que muchos nos estáis dando. Seguramente os necesitemos mucho estos meses.
Seguiremos informando desde la tormenta. De momento ni puedo ni debo seguir hablando. A trabajar!
Últimamente estamos recibiendo noticias duras todos aquellos que intentamos difundir el waterpolo en lugares con poca cultura deportiva. No hace falta decir que en muchos sitios convivimos con un importante problema de infraestructuras deportivas y de gestión de las mismas. Hacer waterpolo se convierte en prácticamente una odisea, con instalaciones absolutamente obsoletas y con horarios intempestivos para su utilización. Sólo la militancia pro-waterpolo y pro-deporte de locos y locas del waterpolo permite que estos proyectos continuen adelante. De eso, y del grave problema que supone, ya hemos hablado en muchas ocasiones.
Pero la verdad es que algunas de las noticias que hemos recibido esta semana van más allá de ese grave problema y podrían suponer el tiro de gracia para muchos proyectos de waterpolo. Comenzamos en Leioa y acabamos en A Coruña pasando por Pontevedra.
La piscina de Sakoneta cuando tenía agua.
Leioa y el cierre de Sakoneta. Hace unos días conocimos en el club una noticia que nos veníamos temiendo desde hace tiempo: el cierre de Sakoneta hasta posiblemente el mes de enero. En el verano estaban previstas unas obras de acondicionamiento de la piscina, que por unos problemas sobrevenidos, se alargarán hasta enero. La situación es ciertamente triste y dura. Club y Ayuntamiento están trabajando codo con codo para encontrar una solución provisional, pero el trastorno es evidente. Mover una estructura de unos 170 deportistas con la oferta de instalaciones deportivas que hay en la zona, es una odisea. Las soluciones que se están proponiendo pueden aliviar la situación provisionalmente, pero no ocultan un grave problema de fondo. Es nuestra espada de Damocles. Con una estructura vieja, obsoleta y pequeña como la de Sakoneta y sin visos de nueva instalación, quizás ha llegado el momento de admitir que el Leioa Waterpolo ha tocado techo mucho antes de lo que quisieramos. Quizás es momento de empezar una lucha por la supervivencia del club. Simplemente para que no muera esto que tanto esfuerzo nos ha costado construir.
Expulsadxs. Las gentes del Club Waterpolo Galaico se enteraban, hace unos días y a través de Facebook de la decisión del Club Natación Galaico de expulsar del club a los «socios vinculados al club a través de la actividad de waterpolo». Decisión complicada de entender y de la que se desprende, y desde la distancia, un cierto desprecio por el waterpolo y la actividad llevada a cabo por los integrantes del equipo de Pontevedra. Noticia recibida a pocos días de comenzar la temporada, en pleno agosto, y a través de redes sociales. Complicado de entender.
Asociación Coruñesa de Waterpolo. La empresa privada que gestiona la piscina donde entrenan y juegan, ha decidido unilateralmente que el club de waterpolo ya no puede hacer uso de la piscina. Todo esto sin argumentar la respuesta. Detrás de esto supongo que estarán los intereses económicos de una empresa privada que quiere maximizar el rendimiento de la instalación y ahí el waterpolo no le será rentable. Esto es lo que ocurre cuando las instalaciones públicas se dejan en manos de empresas privadas. Aquí, muchos clubes tenemos otra batalla importante porque no será la última noticia que tendremos sobre casos de este tipo.
Tres ejemplos de lo que a veces supone hacer waterpolo. No conozco deporte más complicado que este. Lo que nos demuestra que por muchas medallas, muchos resultados que se saquen, o mucha progresión que se pueda hacer… este deporte aún está en pañales. Es tarea de todos, de los grandes y de los pequeños, de clubes y federaciones, de federaciones e instituciones… que el waterpolo pueda continuar. Al loro todo el mundo.
Desde este agosto comenzamos una nueva colaboración, en este caso con waterpolista.com. Escribiré artículos de opinión y hemos llamado a la sección «El Factor Humano». Intentaremos abordar temas relacionados con la actualidad del waterpolo, sin olvidarnos de que somos personas haciendo cosas pequeñísimas, aunque muy importantes.
Siempre que se pueda estaremos dispuestos a divulgar y promocionar el waterpolo; y por eso quiero agradecer la labor de Enrique Toste y su web ese trabajo de información y difusión. Un blog con muchas secciones y con información variada y de calidad. No os perdáis su blog. Recomendable 100%.
«El factor humano», nueva sección en waterpolista.com
#OPINION: El entrenador vasco, Jon López comienza su andadura en http://t.co/LW3hV6iBzE con su primer artículo de… http://t.co/IX9NUJDGQH
— El Blog Waterpolista (@waterpolistacom) agosto 11, 2014
Recuperando una vieja costumbre, en el siguiente post encontraréis cosas del Campeonato de España infantil femenino que no visteis, cosas que no encontraréis en las páginas de resultados ni en twitter ni en ningún hastag, son las cosas que no visteis, es la INTRAHISTORIA de este campeonato.
No pudisteis verlo porque «nuestro» campeonato comenzó lejos de casa. El Campeonato infantil empezó en Terrassa. Íbamos al cadete a «recoger unos buenos sacos de goles». Eso pensaba quien más quien menos. Sólo nosotras sabíamos que no iba a ser así. Conseguimos llevar a Leioa buenas noticias. Quedamos últimas y competimos con todos. Fue una genial tarjeta de visita. Primer paso dado.
No lo visteis. Era viernes y debutábamos en el Campeonato. Fuimos a comer todas juntas. No pudisteis ver los nervios extremos de las jugadoras en la sobremesa. Por suerte, en este equipo también hay gente que sabe hacer el chorra en ciertos momentos. Quitamos los nervios haciendo el «indio», así, literal. Fuimos para la piscina con una sonrisa. Debutábamos.
No la visteis. No visteis la charla previa al partido de Terrassa. Duró apenas 2 minutos. La clave estaba en el corazón, no en la pizarra. Poner el corazón a mil fue cuestión de 120 segundos, no más. Este equipo es grande en emociones.
No visteis el primer descanso del campeonato. «-¿Os lo estáis pasando bien? -Síiii! -Pues ala, traguito de agua y a seguir». Y es que con estas niñas a veces las cosas son muy sencillas. Pasó muchas más veces durante el campeonato.
En otro, una jugadora me pidió descanso. Muerta por el sobreesfuerzo. Estaba haciendo un partido antológico. Quizás no lo visteis, porque hace una labor tan oscura que a veces pasa desapercibida. Siguió jugando. Creció ese día. Ha crecido mucho este campeonato.
El último descanso de ese partido fue diferente. Una compañera se acercó y dijo. «-Chicas, yo no quiero tanda de penaltis, así que vamos a ganar esto». Aplaudieron las demás. Lo intentaron y lo intentaron. No pudieron.
Desde vuestro sitio no se vio. Acabó el partido contra Terrassa. La gente aplaudía. Pero me quede con unas cuantas personas. Ojos llorosos, puestas en pie, de puntillas, y aplaudiendo como nunca. Objetivo conseguido. Soprendimos y las chicas transmitieron.
Los entrenadores recibimos muchas felicitaciones por ese partido. Mucha gente no se lo esperaba. Es muy reconfortante recibir halagos cuando pierdes. Señal de que hay algo real detrás de todo.
El viernes por la noche me encontré a algunas de las niñas jugando por el pueblo. No podían dormir. Estaban emocionadas. Me abrazaron cuando me vieron. Así es este equipo. «Me lo he pasado genial. Ha sido el mejor día de mi vida», me dijo una. Como entrenador creo que poco más se puede pedir. Son infantiles, así debe ser.
No lo visteis. Nuestras consignas durante el campeonato eran el «partido a partido» y «disfrutar». Antes del partido de Moscardó el sábado a la mañana todo el mundo felicitaba a las chicas por lo del viernes. No fue fácil volver al «partido a partido». Lo consiguieron. Sudaron como nunca para ganar.
Ese mismo sábado era el cumpleaños de Sergi Masso y Gorka. No visteis pero el sábado los entrenadores comimos chuletón. Teníamos que celebrar el día de estos dos cracks. Lo hicimos y es que en un campeonato de este tipo hay y debe haber tiempo para todo.
No estabáis. Después de comer nos fuimos a la Residencia Atalaya a descansar. Allí estaban las jugadoras del Terrassa. Horas antes habían jugado un partido durísimo contra ellas. Ahora se abrazaban, se hacían fotos, planeaban un intercambio, cambiaban gorros… Compañerismo. Deporte. Amistad. Valores.
Puede ser que lo vierais. Partido con Boadilla. Tras un golpe fortuito una de las jugadoras estaba con el ojo hinchado. Tenía dolor y apenas veía por el hinchazón. Me pidió cambio, le pedí un último esfuerzo. Me dijo que «ok, que aguantaba». Esfuerzo. Compromiso. Más valores.
Acabó el partido. Ganamos. Estábamos en semis. No lo visteis, pero muchas jugadoras se quitaron una losa de encima. El año anterior habíamos quedado quintas y tenían cierto temor a no mejorar esa posición. Me alegré por ellas. Pero me alegré por la imagen que estaban dando.
Domingo. Día de semifinal. 8:00 AM. Suena el timbre de casa. Dos jugadoras del primer equipo pululaban por Leioa. Habían quedado para desayunar. Aún no habían abierto los bares de la zona. Desayunaron en casa aguantando los vaciles de Sergi Massó. La jornada empezaba con risas. Muchas risas.
Estaba en Askartza. Eran las 10:00 AM. Se me acerca el padre de la jugadora que el día anterior había recibido el golpe. Su hija está camino de la clínica. Ha sangrado de la herida durante la noche. Posiblemente no pueda jugar.
11:00 AM. Llega una de las jugadoras a la piscina, me da la mano y me dice: «Jon, hoy no es el mejor día para jugar una semifinal». Me cuenta lo de la compañera que está en la clínica, que otra está con conjuntivitis y que no ve bien y que otra está muy preocupada por un tema familiar. Hacemos la charla y preparamos el partido. No vale de nada. Las chicas tienen la cabeza en otro sitio. Están preocupadas. Es normal.
12:00. Afortunadamente todo se soluciona. Volvemos a hacer charla express justo antes de tirarnos a calentar. Cambian los planes. Cambian las caras. Cambian las voces. De repente vuelven a sonreir. Lo intentan. Una y otra vez. Imposible. El Medi es muy superior. Da igual. La gente les aplaude, les felicita como si hubieran ganado.
Acaba el partido contra el Medi. Lloran. Hay cierta frustración. Nos estamos equivocando. Habíamos venido a disfrutar y de repente habíamos dejado de hacerlo. Lloran pero no de emoción. Es frustración, miedo. Hablamos. Hablan los entrenadores. Hablan ellas. De repente una de las más pequeñas rompe a llorar. Bingo. Vuelven a llorar de emoción. Círculo completado.
Vamos a comer. Vamos a jugar el partido más importante de la historia del club unas horas más tarde. Hemos recuperado la sonrisa, hay ganas… y de repente… salta la bomba. La mayor chorrada. Un malentendido desata una tormenta. Empezamos a hablar como «yo» y nos olvidamos del «nosotras». Se va todo al garete. Se desmorona todo el trabajo previo.
Pero no lo visteis. Estábamos equivocados. Les ayudamos un poco, cierto; pero estas infantiles dieron una lección de resolución de conflictos. Enseguida captaron el mensaje verdadero. En cuestión de minutos estaban otra vez en el punto de partida. Volvían a ser una piña infranqueable. Quizás fue el conflicto que necesitábamos para afianzar más la idea de equipo. Más unidas si cabe.
Algunos sí que lo visteis. Llegamos a comer a uno de los restaurantes de la zona. Fue abrumador. Allí estaban también las aficiones de varios equipos comiendo. Los entrenadores recibíamos felicitaciones de todo el mundo. Por el equipo, por la organización, por la acogida… Todo halagos. Nos sentíamos hasta incómodos. No estamos acostumbrados a tantas buenas palabras. Acabamos de comer y nos acercamos a una de las mesas a despedirnos. Toda la mesa (y eran muchos) empezaron a aplaudir y a gritar «LEIOA, LEIOA!». Gorka y yo nos mirábamos. Les agradecimos el gesto y nos fuimos. Ya fuera nos volvimos a mirar. Nos habían sacado unas lágrimas. Muchas gracias!
Jugamos la final por el bronce. Rufo se acercó antes de empezar el partido. Nos tranquilizó a los entrenadores, nos felicitó y nos pidió que le dejaramos hablar con las jugadoras. Les dijo las palabras perfectas en el momento preciso. Tres palabras claves. No hizo falta más. Las chicas aplaudieron.
Y empezó el partido por tercer puesto frente a Sant Andreu. Fue un carrusel de partido. Caótico a ratos. Carrusel de emociones también. Empate y eso sí que no lo visteis. Una jugadora negaba con la cabeza. «No, no, no. No quiero penaltis». Le grité. No había elección.
No sé si fue la más difícil o la más fácil, pero la charla entre acabar el partido y empezar los penaltis fue una de las más emotivas para mí. No sabía muy bien cómo hacerlo. Pero quería hacerles ver en un momento de tanta tensión que para nosotros eran ganadoras ya pasara lo que pasara, que habían hecho historia y que estábamos muy orgullosos de ellas y de la imagen que habían trasladado al mundo waterpolístico. Estaban nerviosas, muy nerviosas. Les dije que se dieran la vuelta, que miraran a la grada llena, que sintieran el apoyo de toda esa gente y que les aplaudieran. Creo que fue uno de los momentos más mágicos que un deportista puede tener. La grada, casi al completo, se levantó y aplaudió a rabiar. Esa fue nuestra celebración. Ya teníamos nuestro gran premio pasara lo que pasara en los penaltis.
Este momento fue sin duda el más mágico y electrizante que he podido vivir en una piscina. La grada reventó a aplaudir. Faltaban los penaltis pero estas chicas recibieron su gran premio por adelantado.
Ganamos los penaltis. Casi todo lo que pasó después sí que lo visteis. Los abrazos. Padres y madres emocionadxs. Las mayores exultantes. El abrazo con Josu (especial porque él tenía que estar en Noruega y no debía estar allí en ese momento, pero estaba y lo agradecí mucho). Las chicas saludaron uno a uno a todo el mundo. Era su gran momento. Era premio al esfuerzo. Fue ese momento tan placentero y efímero de la victoria.
Vosotros igual sí. Yo apenas pude ver la final entre Medi y Terrassa. Fueron momentos de saludar, escribir unas palabras para Sergi Massó y la entrega de premios y reflexionar mucho.
La entrega de premios sí que la visteis. Quizás no visteis algunos detalles. Los abrazos a Ane Jaime cuando dijeron por altavoz que era la mejor portera del campeonato. Si hay alguien currante y perfeccionista en este mundo es ella. Se lo merece. No ha parado de crecer deportivamente en las últimas temporadas. Quizás a mí no me visteis. Disfrute como un espectador más de la entrega de premios. La medalla se la dieron a las 11 guerreras, pero en el podium vi pasar a mucha gente, a toda esa gente que en 15 años de Leioa Waterpolo ha puesto su granito de arena hasta llegar aquí. Desde Javi Vidal hasta Alberto Castro, pasando por otros entrenadores que han pasado por el club y por todas esxs deportistas que han ido cincelando lo que hoy en día es el club.
No visteis la cena de celebración. Fue un acto emotivo. Nos juntamos los entrenadores, las jugadoras y sobretodo, gran parte de todos esos voluntarios que estuvieron currando durante ni sé cuantas semanas y meses en la organización de un torneo que fue brutal. Acto sencillo, muy humilde. Como es el Leioa Waterpolo.
Jugadoras, jugadores, padres, madres, entrenadores y algunos de los voluntarios que hicieron posible el Campeonato de España infantil femenino. Familia.
Llegué a casa. No visteis mi movil. Muchísimos mensajes. Leyéndolos rompí a llorar. Habían sido demasiadas cosas. Demasiadas emociones.
Lo que visteis, lo que no… Lo que os contaron. Todo forma parte de este campeonato. Desde luego, muchos hemos salido de este campeonato diferentes a cómo entramos. Ahora tenemos una experiencia más, un aprendizaje más. Toca descansar unos días.
Muy agradecido por todo lo que he recibido este fin de semana.
ESKERRIK ASKO!
Artículo publicado en Waterpolo, el blog:
Este domingo el Leioa Waterpolo consiguió la medalla de bronce en el Campeonato de España infantil femenino. Se trata, si no me equivoco, de la primera medalla de la historia para el waterpolo vasco en un Campeonato de España de clubes. Un hito en la historia de nuestro waterpolo.
Los entresijos de la entrega de premios, lo que vivimos en las semanas previas, en las interminables horas previas, las charlas, las comidas, los descansos, los nervios, las risas y los lloros… Todos los instantes de este campeonato forman una experiencia que creo que los que la hemos podido vivir en primera persona jamás olvidaremos. Momentos indescriptibles que ya forman parte de quienes los vivieron.
Colgarse la medalla es también uno de esos momentos que algunas nunca podrán olvidar. Pero digo la verdad cuando digo que la medalla en sí es lo de menos, todo esto va mucho más allá de una medalla. Aunque pueda parecer mentira durante la tanda de penaltis que nos dio el tercer puesto me dio tiempo a pensar muchas cosas. Creo que en esos 5 minutos pasaron miles de imágenes, ideas y reflexiones por mi cabeza. Todas las emociones de las 72 horas de campeonato a cámara rápida en 5 intensos minutos.
Pensé en mi club. El Leioa Waterpolo. Ese club tan tan tan diferente a todo lo demás. Ese club que con una piscinita pequeña, vieja y en la que a veces cuesta hasta respirar… va recogiendo frutos. Poco a poco. Despacio. Sin prisa. Un club que dejó de llorar y que se ha decidido a trabajar. A demostrar que sí se puede. A hacer malabarismos. A bailar en la cuerda del funambulista.
Pensé en estas niñas. Son brutales, de verdad. Jamás he encontrado a un grupo que viva este deporte como lo hacen ellas. Evidentemente, técnica y tácticamente no podemos estar al nivel de otras. Da igual. Tienen un espíritu y un entusiasmo que les va a dar la oportunidad de romper todos los techos que les pongan. Todos. Tienen el valor de intentarlo las veces que haga falta, son incansables y muy tenaces. Tienen la virtud de emocionar, poner en pie a una grada y hacer llorar a quien les ve. Transmiten. Y eso es sin duda lo mejor de este EQUIPO. Para mí es lo más.
Pensé en mis compañerxs. En el banquillo estaba Gorka. En la grada estaba el resto. Me acordé de los malos momentos, de lo complicado que es cuadrar los espacios, las tareas, los horarios… Pensé en el trabajo conjunto que llevamos haciendo durante los últimos años. En los granitos de arena que hemos ido aportando a esto. Me rodea gente muy trabajadora y con una pasión por el waterpolo que no tiene límite. Hemos trabajado mucho y ellxs se merecían también un gran momento.
Pensé por supuesto en el resto de deportistas del club. En las mayores. Nos han ayudado en las semanas previas y en el campeonato. Han colaborado para que este equipo tenga esa gran experiencia que ellas no tuvieron la oportunidad de tener. Parte de esto es suyo, una parte muy grande. En lxs jugadorxs de categorías del club, que estaban allí en la grada, y que también han tenido un papel muy determinante. Y especialmente en los infantiles, que a pesar de habérselo ganado, no han podido acudir a “su” campeonato de España.
Pensé en los padres, madres, amigos, amigas, aficionados, aficionadas, directivos, directivas, gente que nos echa una mano. Pensé en ellxs porque han apostado muy fuerte por este campeonato. Han conseguido una organización espectacular, rozando la perfección, han conseguido tener las gradas prácticamente llenas en los 24 partidos disputados, que el campeonato tenga repercusión y que todo el mundo pueda disfrutar de este evento, convertido con trabajo en un GRAN EVENTO.
Pensé en Alberto Castro y Rubén de Castro. Ellos dos son algunos de los que llevan desde el principio en el club. Son dos de los responsables de que hayamos llegado a esta situación. Han liderado una forma de trabajar, una apuesta por un modelo de club diferente, un paradigma del trabajo en equipo… Han dado todo por este club sin pedir nada a cambio. Sin ellos el Leioa Waterpolo sería sin duda diferente. Solo el tiempo nos dará la medida exacta de la importancia de estas dos figuras en el waterpolo vasco.
Así pasó la tanda de penaltis. Terceras de España. Luego llegaron todas las felicitaciones, los abrazos, los lloros… Y una frase que me ha llegado. “Zorionak por el triunfo (y no solo por el bronce)!” Y es que todo esto ha sido, es y será algo mucho más importante que una medalla.
Orgulloso y agradecido.
Jon López
https://todopolo.wordpress.com/
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